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lunes, 31 de enero de 2011

Corea del Sur: I Saw the Devil (2010)

I Saw the Devil (악마를 보았다) es un thriller surcoreano dirigido por Kim Ji-woon.
El joven detective Soo-Hyun (Lee Byung-hun) no puede llegar a tiempo para ayudar a su novia Joo-yun (Oh San-ha), que está atrapada en mitad de la nieve esperando a que llegue la grúa. Un hombre se ofrece a ayudarla, pero ella cierra la ventanilla y le agradece el gesto. Sin mediar palabra, el hombre arremete contra su coche y la golpea hasta dejarla inconsciente. Luego la lleva hasta un escondite secreto en su casa y la mata de la manera más cruel e inimaginable. La cabeza de Soo-hyun es encontrada en el río por la policía. Destrozado, Soo-hyun, le promete a su novia en el funeral que encontrará al asesino y que le causará un dolor diez mil veces peor que el que ella tuvo que experimentar. Pide dos semanas de descanso en el trabajo, y con ayuda del destrozado padre de Soo-yun (que también fue policía durante más de treinta años y actualmente está retirado), Soo-hyun se hace con las fichas de cuatro sospechosos. Va a buscarlos uno por uno y a interrogarlos de las formas más violentas. Pero aunque todos ellos han cometido delitos, ninguno es el tipo que Soo-hyun busca. Finalmente llega hasta la casa del asesino y se encuentra con sus padres. Haciéndose pasar por un inspector de seguros les sonsaca la dirección actual de Kyung-chul (Choi Min-sik), que así se llama. Kyung-chul no se habla con su familia desde hace mucho, y tiene uno hijo de unos diez años que dejó a cargo de sus padres y al que no va a visitar, por lo que el padre duda mucho que Kyung-chul les haya dejado algo en su seguro. Soo-hyun va hasta su casa, y al encontrar su escondite secreto, descubre en una rejilla la alianza de su novia. Cuando Soo-hyun consigue dar con él, el desgraciado ya ha matado a más chicas y ahora se encuentra en un invernadero, a punto de despachar a otra. Al verle, Kyung-chul arremete contra él, pero el policía no se lo pondrá fácil. Tras una sangrienta paliza, Kyung-chul queda inconsciente, momento en el que Soo-hyun aprovecha para meterle en la boca una cápsula que lleva un GPS incorporado. Lo deja tirado en una fosa con un fajo de billetes y desaparece. Cuando Kyung-chul despierta, se extraña del comportamiento del policía, pero no tarda en echarse a la autopista a la espera de que algún coche le recoja. Un taxi le para, y entonces se carga al taxista y a su acompañante, para quedarse con el coche.
Gracias al GPS, Soo-hyun le va siguiendo el rastro, y también le escucha. Como está malherido se va hasta la enfermería, donde amenaza con matar al médico por supuestas e inventadas ofensas. Le salva la intervención de una joven enfermera que más tarde es acosada por Kyung-chul. Justo cuando está a punto de violarla aparece Soo-hyun, que vuelve a pegarle otra paliza - esta vez lesionándole gravemente un pie - y le advierte que las cosas cada vez van a ir a peor. Kyung-chul se reúne ahora con un amigo (por llamarle de alguna forma) que se dedica a lo mismo que él: ahora está viviendo en un motel con su novia (por llamarla de alguna forma), después de haber encerrado y torturado a su dueña. Mientras el amigo está en la cocina, Kyung-chul aprovecha para violar a la chica.
Pero Soo-hyun ha llegado, e interrumpe al amigo de Kyung-chul justo cuando se dispone a torturar y matar a la dueña del motel. Lo ata para darle el golpe de gracia cuando aparece Kyung-chul, que se había acostado, pero teniendo la sensación de que el policía que le persigue está en el lugar. Soo-hyun escapa por los pelos, y en el piso de arriba consigue deshacerse de la novia, del amigo y de Kyung-chul (con escopeta incluída).
Los tres terminan en el hospital, y mientras tanto la policía coreana no hace más que encontrar gente apalizada. El padre de Soo-yun llama a su yerno para pedirle que deje ya su venganza, pero él no quiere; ni tan siquiera es capaz de convencerle su cuñada.
En el hospital, Kyung-chul (que se suponía que estaba inconsciente) escucha cómo Soo-hyun le dice a un compañero de trabajo que el asesino todavía llega el GPS dentro del cuerpo. Cuando Kyung-chul deja el hospital, lo primero que hace es ir a una farmacia para comprarse un laxante. Llama a Soo-hyun para decirle que ha cometido un error al dejarle con vida, porque sabe quién es y el paradero de su familia - además de "regalarle" la noticia de que su novia, cuando murió, estaba embarazada -. Tras expulsar el GPS se lo introduce a un policía. De esta forma, Soo-hyun es burlado y no llega a tiempo para ir a la casa de su suegro. Cuando llega, el anciano está muy malherido, y Kyung-chul se ha llevado a su hija, de la que no hay rastro. Cuando más tarde la policía encuentra el cuerpo de la joven y recibe una llamada del asesino diciendo que pretende entregarse, las fuerzas policiales se despliegan, a la espera de arrestarlo.
Pero Soo-hyun se adelanta y lo rapta con el coche. Lo lleva finalmente hasta el escondite secreto que había en su casa, donde le tortura e intenta que se arrepienta de todo lo que ha hecho. Tras una actuación teatral poco convincente en la que ruega por su vida, Kyung-chul se ríe y le dice que desista, porque él no sabe lo que es el miedo ni el remordimiento. Entonces Soo-hyun le maniata y prepara la guillotina que tantas veces él usó para sus víctimas. Le pone el extremo de la cuerda en la boca y prepara la puerta de tal forma que cuando alguien entre le arrancará la cuerda de la boca y la guillotina caerá, decapitándole. Se despide diciéndole que espera que siga sufriendo después de muerto.
La familia de Kyung-chul recibe una llamada para que se presente en casa de su hijo a verle. Cuando intentan tirar de la puerta para abrirla, no oyen los gritos de Kyung-chul pidiéndoles que se vayan. La puerta se abre y la cabeza es decapitada y rueda hasta los pies de la asustada familia.
El último plano nos muestra a Soo-hyun, que se quita los auriculares desde los cuales oía la voz de Kyung-chul, y rompe a llorar, consciente por fin de lo que ha hecho.

No creo que haga falta añadir lo espeluznante, retorcida, oscura, violenta y brutal que es I Saw the Devil. Título bien merecido, este thriller deja la violencia de películas como The Chaser a bajos niveles. También es importante destacar las constantes alusiones negativas que hay sobre la policía coreana (que ya se vieran en Memories of Murder, por ejemplo). La ineptitud de la policía es increíble al comprobar el espectador que son incapaces de dar con uno de sus policías, que se va tomando la justicia por su mano. Incluso el propio Kyung-chul llega a decir en la escena del invernadero que "le sorprende que la policía coreana haya dado con él tan pronto."

Durante toda la película no podemos imaginar cuál es el movito por el que Kyung-chul se vuelve cada vez más y más brutal, aparentemente matando por gusto. La "ley del Talión" se cumple en este film de la manera más extensa, de forma que Kyung-chul se encarga de la familia de Soo-hyun, pero Soo-hyun se asegura de que la familia del asesino lo mate a él...

En cuanto pasan veinte minutos, Soo-hyun ya ha dado con el asesino y le está pegando. En ese momento es cuando te preguntas: "¿y ahora qué?". Pues ahora es donde el genial cine coreano te monta una historia alternativa y anticliché y te pone al "bueno" de la película convertido en monstruo vengador, que no se conformará con matar a su víctima, sino que quiere que experimente todo el dolor que pueda soportar, poco a poco, antes de morir. A diferencia también de los thríllers convencionales donde lo que interesa es averiguar la identidad del asesino, aquí la conocemos desde el primer momento.

También es ya habitual la crudeza con la que el cine coreano (sólo equiparado a el cine europeo en ocasiones) nos presenta las situaciones más escabrosas, como las formas de asesinar, sin ahorrarnos los detalles más desagradables. Cuando no se ha visto mucho cine coreano de este estilo, es difícil aceptar ese aire tan violento y retorcido que va in crescendo a medida que pasan los minutos, y que no te dejan despegarte de la pantalla, que te atrapa de forma hipnótica sumergiéndote en su oscuridad, preguntándote qué pasará a continuación, porque sabes que no tienen inconveniente en cargarse a quién sea. Estremecedor.

Elogiar (como siempre) las actuaciones de grandes como Choi Min-sik - quien había estado últimamente apartado del cine de manera voluntaria como protesta al sistema de cuotas del cine coreano - y de Lee Byung-hun, impactante en los primeros planos. Ambos ya habían trabajado juntos en películas como A Bittersweet Life.

I Saw the Devil tuvo una buena acogida en los festivales de cine, pero el sistema de rating Coreano obligó al director a recortar la película para su estreno en cines, debido a su contenido violento. De otra forma, la película habría sido etiquetada como "restringida" y no habría podido alquilarse en video.

Como thriller, I Saw the Devil no tiene precio. Eso sí; no conozco película más dura hasta la fecha.

* Idea principal: la venganza, la ley del Talión. El horror injustificado.

web oficial en EE.UU.

Perseguidor y perseguido se equiparan...





3 comentarios:

  1. Gran thriller, original y muy diferente a lo que nos tienen acostumbrados los filmes americanos. Nos encontramos ante una venganza atípica e implacable. Un duelo interpretativo brutal entre sus dos absolutos protagonistas. Posee los rasgos típicos de los thrillers coreanos: crudeza, gran escenografía, buena banda sonora y sobretodo una crítica apabullante hacia las fuerzas del "orden" coreanas.

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  2. Ay, qué ganas de verla, pero qué cosica me da, que yo soy muy sensible y muy tonta xD

    Choi Min-Sik me encantaaaa. Y el otro (ya se me ha olvidado su nombre y lo acabo de leer...NO PUEDO con los nombres coreanos, me cuesta mil años aprenderme uno), solo lo he visto en JSA y Cut, pero me gustó en ambas.

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  3. El otro...el otro....es Lee Byung-hun, que se me caen las bragas con él xDD. Lo vi ayer en A Bungee Jumping of their own y vamos...qué dulzura, acostumbrados que nos tiene al papel de policia vengador o gángster chuloputas xD.
    Te recomiendo la película. Aunque te tires una semana sin dormir, aun así te la sigo recomendando xDD

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