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domingo, 15 de mayo de 2011

Lo nuevo 2011: Arirang

Como todos sabéis, este no es un blog de noticias de actualidad, sino de críticas y resúmenes de cine asiático. Pero esta es la excepción. Comentaba yo el otro día que Kim Ki-duk está "desaparecido" desde que estrenase Dream en 2008. Desde entonces ha habido un largo silencio alrededor de su persona y de sus proyectos, hasta el punto en que sus fans nos hemos llegado a desesperar. Y no es para menos, porque el director coreano nos tenía acostumbrados a una película por año, desde que comenzara con su profesión, allá por 1996. Y ahora me entero de que este año estrena por fin una película, que no es, ni más ni menos, que una especie de biografía-resumen de sus últimos años, que pretende ser un retrato a caballo entre su vida diaria y la explicación de por qué no hace cine, o qué es lo que pasa por su cabeza.
Arirang es una canción muy antigua que pasa por ser casi el himno de Corea (nada más ver el trailer, nos enteramos de el por qué de tal título). En primer lugar hay que ir directo al grano (a las críticas negativas). Quienes han presenciado la película en Cannes difícilmente han podido resistir visionar la cinta al completo, porque incluía escenas tales como Kim Ki-duk cantando, Kim Ki-duk comiendo, Kim-ki Duk paseando, etc, etc, algo que casi parecia irrisorio. Vamos, que muy fan tienes que ser para querer observar hasta el mínimo detalle de una persona, en plan Gran Hermano. Pero los que se quedaron no se arrepintieron, porque como era de esperar, había mucha más profundidad que todo eso en la historia, que se iba desgranando poco a poco, de manera que la cosa comenzaba como un retrato trivial y terminaba siendo una reflexión profunda en toda regla, de un hombre hundido y deprimido, que ha terminado viviendo solo en una cabaña, como un hermitaño, debido a los problemas que tuvo con la protagonista de su penúltima película (me entero ahora de boca de una amiga que la actriz estuvo a punto de morir), y, por supuesto, el problema de siempre: en Corea del Sur es un don nadie, no tiene financiación y por lo tanto no puede sacar sus proyectos a flote.
Y es que Kim Ki-duk es un visionario, un hombre que hace cine muy personal, que - aun a riesgo de sonar a típica gafapastas - no puede entender todo el mundo, y no por ello deja de ser maravilloso para aquellos que sí podemos comprenderle. Como digo, es un hombre personal, genial, que nos hace partícipes en cada una de sus películas del peso tan extremadamente marcado que ha tenido su vida (en sus historias siempre encontramos una tremenda culpa y un final con un marcado rasgo expiatorio), cosa que él no ha desmentido en sus entrevistas. Con una personalidad muy definida y demasiado autónoma, Kim Ki-duk nunca ha tenido miedo de mostrarle al mundo sus proyectos (recordemos la criticada Bad Guy en Corea por el tema de la prostitución juvenil o La Isla, donde hubo gente que se desmayó con la escena de los ganchos de pesca). Nunca ha tenido miedo de poner toda la carne en el asador, y siempre se ha enfrentado a las críticas y ha dado la cara, tanto cuando era aclamado y aplaudido como cuando fallaba estrepitosamente. Igual que siempre lo ha hecho ahora, quedándose hasta el final de la película para comprobar las reacciones del público que no quiso marcharse y le dio una oportunidad. Y, emocionado, lloró al comprobar que sigue teniendo el apoyo de los que aman su cine.
También yo me uno al grupo de personas que seguimos el cine de este director, productor, guionista y actor ocasional sin estudios, que un día, en Francia, vio una película - la primera que veía en pantalla grande en su vida - y decidió que le gustaba, y que quería plasmar lo que sentía haciendo la suya propia. Ya lo había logrado con su pintura y su fotografía, y esta vez tocaba el cine. Y lo logró, y tuvo éxito. Pero no fue moderado, así que también se enfrentó a las críticas.
Sus fans somos acérrimos (aunque seamos pocos), pero también objetivos. Igual que ha hecho buenas películas, las ha hecho malas; nadie es perfecto, y él, como todos, se ha ido forjando poco a poco a sí mismo. Pero nadie puede negar que su cine no deja indiferente. En lo arrojado de su estilo, en lo visceral, en lo más profundo y violento, está precisamente lo más hermoso. Nadie hay que mezcle de forma tan intensa e impactante las pasiones humanas con la hermosura de lo visual, de lo invisible, de lo silencioso.

Grande Kim Ki-duk, esperamos que sigas haciendo cine, que es lo que te motiva. Nosotros tus fans siempre te apoyaremos.


3 comentarios:

  1. Grande Kim ki-Duk!. Todo un visionario, un cineasta ilustrado en estos tiempos tan oscuros.
    Me ha alegrado saber de él, y espero con ansias su próximo estreno.

    "Y en silencio te dire, lo que no pude decirte con simples palabras".

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  2. Hola

    Me llamo Alejandra y soy administradora de un directorio web/blog y me ha gustado mucho su sitio.

    Me gustaría contar con su sitio en mi directorio, a cambio solo pido un pequeño enlace a mi pagina de películas, ¿Que le parece la idea?

    Mi correo es: ale.villar@hotmail.com

    Un beso! y SueRte con su BloG!
    Alejandra Villar

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  3. ¡Hola Alejandra! ¡Cuenta con ello! ;)

    ¡¡Saludos y gracias!!

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