

El salón es un caos. Hee Soo y su amante yacen en el suelo, muertos de miedo. Acordándose de que su jefe le dijo que terminase con ambos si averiguaba que ella estaba engañándole, Sun-woo comienza a presionar los botones del móvil para avisar a Kang. Pero luego, acordándose de los momentos que ha pasado con Hee Soo, lo cierra de golpe.
Sun-woo se sienta, intentando controlar su furia, y les propone un sencillo trato: si ambos quieren continuar con vida no deben volver a verse nunca. El joven sale de allí como alma que lleva el diablo, pero Hee Soo le reprocha su comportamiento, aunque ya sabe que no puede decir nada ni tomar decisiones por ella misma. Sun-woo no deja de asombrarse de que una joven como ella conociese a alguien como Kang e iniciase una relación con él.
Kang regresa de viajes de negocios desde Shanghai y va a visitar a su novia, a la que encuentra esquiva. Mientras tanto, Sun-woo es interceptado en un parking y advertido de que tendrá que pedir perdón si no quiere verse envuelto en una grave situación. Esa noche, Sun-woo está muy cabreado porque ha tenido un encontronazo con un par de imbéciles en la autopista, así que despacha al confidente de malas maneras y se larga a casa.

Afortunadamente está lloviendo, así que Sun-woo puede escapar de esa tumba cavada a poca profundidad y enfrentarse con los hombres que lo arrojaron allí dentro - uno de ellos su necio compañero Min-gi -. Sun-woo ha sido humillado y rebajado hasta límites extremos, pero no piensa rendirse. Min-gi le dice que tiene quince minutos para llamar a su jefe y rogarle su perdón. Cuando Sun-woo finge estar hablando por teléfono, golpea a Min-gi con la batería y luego se pelea con la docena de hombres que le acompaña (espectacular escena). Incrédulos, contemplan cómo Sun-woo huye en coche, bastante malherido.
Pasa el tiempo y Sun-woo sigue en paradero desconocido. Sin embargo, uno de los hombres más jóvenes que trabajó con él le ha proporcionado el dinero para que contacte con unos mafiosos rusos, a fin de que estos le lleven a ver a su jefe (esta sería la parte cómica de la película, cómo pasa de haber trabajado con unos gángsters tan peligrosos y ahora se codea con unos cuantos bobos). Sun-woo les hace creer que viene de parte de Kang. Mientras el jefe de los mafiosos rusos le pide a uno de sus hombres que contacte con Kang para verificar su identidad, le enseña a usar un arma a Sun-woo, que se hace pasar por un modesto guardaespaldas. Antes de que al mafioso le de tiempo de averiguar la verdad, Sun-woo lo mata a él y a sus hombres y escapa del lugar con una bolsa llena de armamento.
Es tiempo para la venganza. Poco a poco, Sun-woo va visitando a los mafiosos que se encargaron de humillarle y casi matarle, y no parará hasta que no se encuentre cara a cara con Kang. En el mismo hotel donde antes trabajaba se encuentra con él y con sus hombres y le pregunta lo mismo que él le preguntó en su día: "¿por qué lo hiciste?. Al no recibir una respuesta concreta Sun-woo lo mata, no sin antes quedar él bastante malherido - ya lo estaba de antes por la puñalada que uno de los mafiosos le había propinado a la altura del costado -. Sun-woo sabe que va a morir, pero antes de hacerlo quiere volver a escuchar la voz de Hee Soo por última vez. Marca su número con dedos temblorosos. La joven responde, pero él no es capaz de decir nada, así que ella no sabe quién es. Uno de los mafiosos entra en escena y, no sabemos si para liberarlo de su dolor o para cumplir con su misión, le pega un tiro y termina con su sufrimiento.
En una emotiva escena en retrospectiva observamos el rostro de Sun-woo cuando asistía a las clases de violoncello de Hee Soo. Con sólo ver la expresión de su cara, sabemos que es en ese momento cuando se enamoró de la joven. Quiso protegerla y la quiso hasta el final, aunque la única manera que tuvo de demostrárselo fuera esa; dejarla en libertad.

La escena final tal vez sea un poco larga y hasta increíble, con todo ese carnaval de sangre y esas reiteradas heridas que no llegan a matar al protagonista hasta el final, pero que no estropean para nada el ambiente de la película, que empieza tan filosóficamente como acaba. Con las palabras: "Un alumno y su maestro estaban sentados sobre un campo, y el joven preguntó: maestro... ¿son las ramas de ese árbol las que se mueven, o es el viento?" a lo que el maestro le respondió: ni una cosa ni la otra, sino tu corazón y tu alma." se inicia y concluye la película. El sonido del viento y las imágenes de los árboles siendo mecidos por el viento son lo último que, por alguna razón desconocida, el protagonista vislumbra antes de morir.
A Bittersweet Life acaparó un buen número de premios y nominaciones en los distintos festivales en los que se presentó. Fue presentada en El Festival de Cannes de 2005, y las críticas que obtuvo fueron muy positivas, definiéndola como "orgánica, esencial, hermosa y refrescantamente realista." Byung-hun fue alabado por su papel. De él se llegó a decir que parecía "un ángel disfrazado de vengador."Las críticas también se hicieron eco de que A Bittersweet Life era la mejor película de 2005, y otros como Rotten Tomatoes o Beyond Hollywood le dieron la razón. Un remake bollywoodiense llamado Awarapan se estrenó dos años después.
En 2009, la revista Empire Maganize la nombró en la encuenta de las "20 Mejores Películas de Gángsters que Nunca Has Visto."
*Idea principal: el amor. La venganza. la moral y la justicia. El antes y el después. Los sentimientos que transforman.
"¿Por qué lloras tan tristemente? -le preguntó el maestro a su discípulo. -Porque el sueño que tuve no puede hacerse realidad..."




peliculón.
ResponderEliminartotalmente de acuerdo.
ResponderEliminarMe la apunto pero YA
ResponderEliminarsi, por dios. ¡¡Y luego me comentas!!
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