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jueves, 24 de febrero de 2011

Corea del Sur: A Bittersweet Life (2005)

A Bittersweet Life (Dalkomhan insaeng, 달콤한 인생) es un drama surcoreano dirigido por Kim Ji-woon. Rodeada de un ámbito de mafia y violencia, la película nos acerca a la vida de un hombre (Lee Byung-hun) cuyos leales servicios a su jefe se ponen en entredicho el día en que decide perdonarle la vida a la novia de éste. Kim Sun-woo (Lee Byung-hun) es el hombre preferido de Kang (Kim Young-cheol), propietario de un lujoso hotel que sirve de tapadera para sus actividades delictivas. Kang sospecha que su joven novia está engañándole con otro, por lo que le pide a su hombre de confianza que la espíe durante tres días para ver qué es lo que hace. Ajeno al amor durante toda su existencia, Sun-woo se presenta en la casa de la jovencita Hee Soo (Shin Min-a) y le hace entrega de un regalo - una lámpara - por parte de su jefe. Ella le da las gracias y le dice que no necesita de su presencia, así que le hace marcharse. Aburrido, Sun-woo pasa los tres días siguientes espiando a la joven, que aparentemente lleva una vida normal, y tiene un amigo con el que va a la discoteca y a cenar sin que medie ninguna relación sentimental aparente entre ambos. En uno de esos días, Hee Soo se lo piensa mejor y llama a Sun-woo para que almuerce con ella, ya que no le gusta comer sola. Después la acompaña hasta el conservatorio, donde la joven toca el violoncello. En un plano donde sólo vemos la espalda de Sun-woo, nos preguntamos si éste estará disfrutando con la actuación. Parece que sí, puesto que Hee Soo sonríe.
Una noche, cuando Sun-woo acaba de irse, se da cuenta de que el coche naranja del joven amigo de Hee Soo vuelve sobre sus pasos. Al llegar hasta la casa, Sun-woo irrumpe de imprevisto y los encuentra juntos. Sun-woo no se lo piensa dos veces y se toma la justicia por su mano.
El salón es un caos. Hee Soo y su amante yacen en el suelo, muertos de miedo. Acordándose de que su jefe le dijo que terminase con ambos si averiguaba que ella estaba engañándole, Sun-woo comienza a presionar los botones del móvil para avisar a Kang. Pero luego, acordándose de los momentos que ha pasado con Hee Soo, lo cierra de golpe.
Sun-woo se sienta, intentando controlar su furia, y les propone un sencillo trato: si ambos quieren continuar con vida no deben volver a verse nunca. El joven sale de allí como alma que lleva el diablo, pero Hee Soo le reprocha su comportamiento, aunque ya sabe que no puede decir nada ni tomar decisiones por ella misma. Sun-woo no deja de asombrarse de que una joven como ella conociese a alguien como Kang e iniciase una relación con él.
Kang regresa de viajes de negocios desde Shanghai y va a visitar a su novia, a la que encuentra esquiva. Mientras tanto, Sun-woo es interceptado en un parking y advertido de que tendrá que pedir perdón si no quiere verse envuelto en una grave situación. Esa noche, Sun-woo está muy cabreado porque ha tenido un encontronazo con un par de imbéciles en la autopista, así que despacha al confidente de malas maneras y se larga a casa.
Pero aquel será el último de los errores que Sun-woo tendrá tiempo a cometer. Esa misma noche un grupo de hombres entra en su casa, le pegan una paliza y lo llevan a un almacén donde le torturan. De alguna forma su jefe se ha enterado de que dejó con vida a su novia y al amante de ésta, y ahora él va a pagar las consecuencias. Como le ha tenido aprecio durante tantos años, Kang no quiere abandonarle sin que antes Sun-woo le de una explicación de por qué lo hizo. Como éste no contesta, deja que los demás caven una tumba para él, y luego le entierran vivo.
Afortunadamente está lloviendo, así que Sun-woo puede escapar de esa tumba cavada a poca profundidad y enfrentarse con los hombres que lo arrojaron allí dentro - uno de ellos su necio compañero Min-gi -. Sun-woo ha sido humillado y rebajado hasta límites extremos, pero no piensa rendirse. Min-gi le dice que tiene quince minutos para llamar a su jefe y rogarle su perdón. Cuando Sun-woo finge estar hablando por teléfono, golpea a Min-gi con la batería y luego se pelea con la docena de hombres que le acompaña (espectacular escena). Incrédulos, contemplan cómo Sun-woo huye en coche, bastante malherido.
Pasa el tiempo y Sun-woo sigue en paradero desconocido. Sin embargo, uno de los hombres más jóvenes que trabajó con él le ha proporcionado el dinero para que contacte con unos mafiosos rusos, a fin de que estos le lleven a ver a su jefe (esta sería la parte cómica de la película, cómo pasa de haber trabajado con unos gángsters tan peligrosos y ahora se codea con unos cuantos bobos). Sun-woo les hace creer que viene de parte de Kang. Mientras el jefe de los mafiosos rusos le pide a uno de sus hombres que contacte con Kang para verificar su identidad, le enseña a usar un arma a Sun-woo, que se hace pasar por un modesto guardaespaldas. Antes de que al mafioso le de tiempo de averiguar la verdad, Sun-woo lo mata a él y a sus hombres y escapa del lugar con una bolsa llena de armamento.
Es tiempo para la venganza. Poco a poco, Sun-woo va visitando a los mafiosos que se encargaron de humillarle y casi matarle, y no parará hasta que no se encuentre cara a cara con Kang. En el mismo hotel donde antes trabajaba se encuentra con él y con sus hombres y le pregunta lo mismo que él le preguntó en su día: "¿por qué lo hiciste?. Al no recibir una respuesta concreta Sun-woo lo mata, no sin antes quedar él bastante malherido - ya lo estaba de antes por la puñalada que uno de los mafiosos le había propinado a la altura del costado -. Sun-woo sabe que va a morir, pero antes de hacerlo quiere volver a escuchar la voz de Hee Soo por última vez. Marca su número con dedos temblorosos. La joven responde, pero él no es capaz de decir nada, así que ella no sabe quién es. Uno de los mafiosos entra en escena y, no sabemos si para liberarlo de su dolor o para cumplir con su misión, le pega un tiro y termina con su sufrimiento.

En una emotiva escena en retrospectiva observamos el rostro de Sun-woo cuando asistía a las clases de violoncello de Hee Soo. Con sólo ver la expresión de su cara, sabemos que es en ese momento cuando se enamoró de la joven. Quiso protegerla y la quiso hasta el final, aunque la única manera que tuvo de demostrárselo fuera esa; dejarla en libertad.

A Bittersweet Life (título perfecto para designar la vida del protagonista) es otra extraña película de acción emotiva de producción coreana. Una de esas historias de amor que no tienen amor aparente por ningún lado, y no por ello dejan de emocionarnos. El genial e impasible Lee Byung-hun vuelve a sorprender interpretando al tipo duro con corazón, que toda su vida ha sido un perrito faldero de su jefe, hasta el día en que se enamoró y decidió que quería ser justo por una vez. Y eso le costó su posición y su vida. Una sola imagen revelada al final nos hace darnos cuenta de sus sentimientos hacia la joven - sentimientos que nunca fueron compartidos -. Como si la película tuviese dos partes, en la primera vemos la perfecta y recta vida como trabajador del mafioso que lleva Sun-woo, una vida de fachada, superioridad, austeridad y reserva. En la segunda nos encontramos con un protagonista mucho más humano, que sufre y es torturado. Asistimos a su fuga y a su transformación, bajo un marco de venganza que no suele ser dejado de lado en ninguna película coreana de estas características.
La escena final tal vez sea un poco larga y hasta increíble, con todo ese carnaval de sangre y esas reiteradas heridas que no llegan a matar al protagonista hasta el final, pero que no estropean para nada el ambiente de la película, que empieza tan filosóficamente como acaba. Con las palabras: "Un alumno y su maestro estaban sentados sobre un campo, y el joven preguntó: maestro... ¿son las ramas de ese árbol las que se mueven, o es el viento?" a lo que el maestro le respondió: ni una cosa ni la otra, sino tu corazón y tu alma." se inicia y concluye la película. El sonido del viento y las imágenes de los árboles siendo mecidos por el viento son lo último que, por alguna razón desconocida, el protagonista vislumbra antes de morir.

A Bittersweet Life acaparó un buen número de premios y nominaciones en los distintos festivales en los que se presentó. Fue presentada en El Festival de Cannes de 2005, y las críticas que obtuvo fueron muy positivas, definiéndola como "orgánica, esencial, hermosa y refrescantamente realista." Byung-hun fue alabado por su papel. De él se llegó a decir que parecía "un ángel disfrazado de vengador."Las críticas también se hicieron eco de que A Bittersweet Life era la mejor película de 2005, y otros como Rotten Tomatoes o Beyond Hollywood le dieron la razón. Un remake bollywoodiense llamado Awarapan se estrenó dos años después.
En 2009, la revista Empire Maganize la nombró en la encuenta de las "20 Mejores Películas de Gángsters que Nunca Has Visto."

*Idea principal: el amor. La venganza. la moral y la justicia. El antes y el después. Los sentimientos que transforman.

"¿Por qué lloras tan tristemente? -le preguntó el maestro a su discípulo. -Porque el sueño que tuve no puede hacerse realidad..."





























































































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