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viernes, 18 de junio de 2010

Taiwán: Yi Yi (2000)

Yi Yi (A One and a Two, 一 一) significa literalmente en chino "uno y uno", que también puede escribirse en horizontal (二), con lo cual ya significaría "dos" (de ahí el título en ingles). Dirigida y escrita por Edward Yang, esta película taiwanesa nos cuenta una historia compleja que gira en torno los problemas de una familia de clase media, vistos desde tres puntos de vista: 1) el del padre: NJ, un hombre de negocios con una vida familiar aparentemente estable y exitosa. Su estabilidad emocional comienza a tambalearse cuando en una boda se encuentra a una ex-novia, que resultó ser la mujer a la que más quiso en su vida. Cuando ella le indirecta que todavía le quiere y ambos viajan más tarde a Japón, NJ tendrá que reflexionar entre el balance de su vida familiar y los viejos recuerdos. 2) Ting-ting, la hija adolescente: quince años, introvertida y más bien solitaria: su mejor amiga es todo lo contrario y le hace sombra. Uno de los ex-novios de su mejor amiga no deja de ponerse en contacto con ella a través de unas cartas que le entrega a Ting-ting para que se las de a ella. Al final, ese contacto resulta de una fallida relación de pareja, donde Ting-ting se siente demasiado culpable porque cree que está engañanando a su amiga, y el ex-novio no deja de pensar en ella. Además, Ting-ting es también la que más depende de la figura más veterana de la casa: la abuela. Cuando su abuela entra en coma después de un incidente ocurrido en la boda, Ting-ting se siente perdida. Apenas habla con nadie, todos sus sentimientos están escondidos dentro de ella. Solo a su abuela, por las noches, se atreve a contarle lo que le pasa. Esta hermosa e inusual relación es la columna vertebral que representa el principal problema de la casa: la falta de comunicación. Y es como si el coma de la abuela quisiera representar la "pausa" que todos han hecho en sus vidas, a falta de una solución satisfactoria.
Por otro lado tenemos a 3) Yang-yang, el otro hijo de NJ, de unos ocho años de edad, símbolo de las nuevas generaciones (él pasa de la comida sana, prefiere la de McDonald's.) Como es de esperar, su perspectiva de los problemas familiares es diferente. Su abuela está en coma, su madre tiene problemas existenciales y se ha ido a una montaña para hacer retiros espirituales, y su padre se pasa el día fuera de casa, a causa de su trabajo. Su hermana tampoco le hace demasiado caso. Yang-yang tiene una cámara con la que procura fotografiar las cosas que otros no ven, sobre todo la espalda de la gente. Le dice a su padre que si lo que le cuentan a él es diferente de la realidad, ¿cómo se supone que va a saber la verdad? Así, quiere fotografiar la espalda de los demás para que nadie se pierda nada de lo que está sucediendo "a sus espaldas" (otra curiosa metáfora que nos hace ver de nuevo esa doble vida familiar que todos están atravesando, donde nadie es honesto con nadie. Los cambios internos que se producen en las personas, y que inevitablemente afectan al conjunto). Además, al igual que le sucedió un día a NJ con su primera novia, paralelamente Ting-ting y Yang-yang vivirán sus primeras experiencias amorosas (Yang-yang se enamora de una chica algo mayor que él, de la que normalmente se burla, y Ting-ting sale al cine con el ex-novio de su mejor amiga). El nocturno escenario japonés resulta ideal para desenterrar viejos recuerdos de amores que terminaron sin explicación aparente, y cuyos reproches, ahora, veinte años más tarde, parecen triviales en la superfície, pero aún escuecen (al más puro estilo de Julie Delpy en Before Sunset).
La película comienza con una boda y termina con un funeral, símbolo del ciclo de la vida, y del fin de una etapa difícil. Las palabras que dice el pequeño Yang-yang en el funeral a modo de despedida son la clave de la película, y una de las escenas más impactantes, que además hacen reflexionar a todos los miembros de la familia. Imposible más sabiduría en la boca de un niño de ocho años, de esa forma tan inocente y accidental.

Yi Yi nos hace partícipes de las experiencias comunes a toda persona en la vida: bodas, matrimonios, relaciones de pareja, nacimientos, muertes, y todos los problemas que eso acarrea: desamores, segundas oportunidades, oportunidades que llegan demasiado tarde, crisis existenciales, dudas laborales, hijos demasiado introvertidos o demasiado rebeldes, y el ímpetu de la juventud. Es un retrato lentamente desgranado (la película dura casi tres horas) y bien elaborado, intimista, que abarca los problemas de cada etapa de la vida, y que al verla nos sentimos identificados, porque no es más que aquello que todos hemos experimentado alguna vez, o estamos destinados a experimentar. Normalmente las tribulaciones psicológicas están fomentadas cuando añadimos a personas en nuestro entorno (pareja: 1+1, hijos: +1, 2, 3...) Esta podría ser una de las explicaciones del título de la película.

Yi Yi tuvo un inmenso éxito tanto dentro como fuera de su país, y ha llegado a ser considerada como una de las mejores películas de Asia. En el año de su estreno, Edward Yang ganó el premio a Mejor Director en el Festival de Cannes, donde también hizo su debut. No se quedó ahí la cosa, sino que siguió arrasando en todos los prestigiosos festivales internacionales de cine por donde pasó. Así, en Cannes también fue nominada a la Palma de Oro, y en el Festival de Cine de Netpac ganó el premio Karlovy Vary, en el Festival de Cine Internacional de Vancúver ganó el Premio Humanitario de Chief Dan George, y se emparejó con la película Topsy-Turvy para ganar el Premio del Jurado del Festival de Sarajevo. Ya en 2001 también ganó el premio a Mejor Película Extranjera otorgado por el Sindicato Francés de Críticos de Cine, el Grand Prix en el Festival de Cine Internacional de Fribourg en Suíza, el Premio a Mejor Película Extranjera por la Asociación de Críticas de Cine de Los Ángeles, y el de Mejor Película por la Sociedad Nacional de Críticos de Cine, así como el premio a Mejor Película Extranjera en el Círculo de Críticos de Cine de Nueva York. Además, fue nombrada como una de las mejores películas de 2001 por la mayoría de las publicaciones intelectuales de prensa, tales como el New York Times, en Newsweek, USA Today, Village Voice, Film Comment, Chicago Reader, y la autora Susan Sontag, entre otros. En 2002, Yi Yi fue elegida por la revista británica Sight and Sound como una de las diez mejores películas de los últimos veinticionco años, junto a Apocalípsis Now, Blade Runner o Chungking Express.

El rodaje principal de la película comenzó en Abril de 1999, y duró hasta Agosto. Antes de esto, el guión de Edward Yang exigía que los niños tuvieran entre diez y quince años, pero más tarde encontró a Jonathan Chang (Yang-yang) y a Kelly Lee (Ting-ting), que nunca habían actuado antes. Cuando comenzó el rodaje, ambos tenían ocho y trece años, respectivamente. Así, Yang no tuvo más remedio que hacerle ajustes al guión.
La banda sonora también es una parte importante del clímax de la película (especialmente cuando suena Moonlight Sonata de Beethoven al piano en aquel club nocturno). Esas piezas de piano son interpretadas por Kaili Peng, la mujer del director. Entre ellas se encuentra la Moonlight Sonata de Beethoven ya mencionadsa, además de la Toccata en E Menor de Bach y 914 de BMW. Kaili Peng hace además un pequeño cameo apareciento como violonchelista en una escena de la película, donde interpreta Cello Sonata No. 1, junto a su marido, posando como pianista.

* Idea principal: problemas existenciales. Relaciomes de pareja. Muerte, vida, matrimonio, hijos. Rutina y cotideaneidad. Lo que no se puede decir. Los cambios internos. La inmensa falta de comunicación. Las pasiones escondidas y controladas. El dolor, la pérdida, la desilusión, la rabia, la impotencia.

La importancia de los niños: en todos estos carteles, el protagonista principal de la trama es una y otra vez Yang-yang:







































































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