
Una vez fuera, la joven comienza a buscar a su hija y descubre que fue adoptada por una pareja australiana. Jenny, que ahora ya es casi una adolescente, no habla coreano, y siente a su madre como una extraña. La relación es dura entre ambas, porque no pueden comunicarse, y Geum-ja no puede decirle que no la abandonó, sino que tuvo que deshacerse de ella por peligro a que la matasen. Después de un tiempo, Jenny comienza a interesarse por su madre, e insiste en viajar a Corea del Sur junto a ella. La joven rechaza la idea inicialmente, ya que sus planes son regresar a su país para buscar y matar a Mr. Baek, pero cuando Jenny se pone un cuchillo en el cuello se ve forzada a llevársela con ella. De vuelta en su país, Geum-ja se reúne con una compañera ex-convicta, ex-mujer de Mr. Baek. Así descubre que el asesino trabaja ahora en un colegio, y planea secuestrarlo con ayuda de la mujer. Al descubrirlo, éste manda a unos hombres para que se ocupen de Geum-ja, pero ésta acaba con ellos a base de golpes, y Baek cae al suelo, inconsciente por las drogas que su mujer le ha puesto en la comida.
Geum-ja se da cuenta de que en el teléfono del hombre hay colgados diversos adornos infantiles, y así es como deduce y descubre que puede ser el asesino de otros niños. Lo encierra y contacta con el detective Won-Mo, el encargado del caso. Juntos entran en el piso de Baek y encuentran unas cintas donde hay grabaciones de varios niños antes de ser asesinados. Won-Mo y Gum-ja se ponen en contacto con los padres de los niños fallecidos, y juntos ven las cintas. Los que Geum-ja pretende precisamente es hacer a los padres partícipes de su odio, y de su sed de venganza. Entre todos llegan al acuerdo de ejercer sobre él una tortura dolorosa que lo lleve a la muerte, ya que piensan que la condena que podría imponerle la justicia no sería suficiente para pagar todo lo que ha hecho. Los padres, el detective y Geum-ja llegan al acuerdo de matarlo (una escena por cierto dura y cruda de ver, al estilo coreano), y finalmente entierran el cadáver de Baek fuera del recinto donde lo tenían encerrado.
Finalmente, Geum-ja, el detective y los padres de los niños se reúnen en la pastelería donde la joven trabaja, y todos comen tarta y cantan una canción de cumpleaños en honor a los niños fallecidos. Geum-ja se quita la pintura roja de sus ojos, en señal de la finalización de su venganza. Cuando regresa a casa con un pastel blanco de tofu, se encuentra a su hija fuera, en la calle. Está nevando. Geum-ja abre la caja y mira el pastel blanco, y le dice a su hija que debe ser tan pura como ese pastel. Así, se abrazan.
La última escena establece evidentemente un paralelismo con la primera, donde se ve a Geum-ja saliendo de la cárcel, asistida por un coro de gente religiosa cantando, y un cura le tiende un pastel blanco (en señal de redención de sus pecados), y ella lo rechaza con un insulto. Sympathy for Lady Vengeance forma parte de la trilogía de la venganza de Park Chan-wook (junto a Oldboy y Sympathy for Mr. Vengeance), y es la película que pone fin a la saga. Al igual que las otras cintas, SFLD nos presenta situaciones cínicas, agridulces y reflexivas, donde nada es lo que parece, provocando que el espectador se tenga que parar a reflexionar sobre quién es el verdadero culpable, y reprimir su pre-juicio (de ahí el título "piedad para la mujer venganza"). La música es grandilocuente, y crucial para ajustarse con el tono de la película. Es cruda, y la forma de estar rodada tampoco es casual. Los colores son por supuesto un símbolo de los ideales (el poster tiene una línea que lo atraviesa, con los colores verde - esperanza - , rojo - venganza - y negro - muerte-). Otra de las ediciones nos presenta la foto de la angelical Geum-ja con la mirada perdida y un halo alrededor de la cabeza, como si fuera una santa.
Existen dos versiones de la película, la estándar y la en blanco y negro. Ésta última comienza a color, pero poco a poco los colores van desapareciendo, hasta que hacia el final todo es en blanco y negro. A medida que la camara va eliminando los colores, también hay un cambio en el entorno, de manera que las ropas de los personajes también se van volviendo más oscuras, así como los escenarios. Al comienzo de la película hay muchos más colores cálidos, y hacia el final, la preferencia es sobre los tonos pastel, blancos y negros. Geum-ja lleva por ejemplo un abrigo azul al principio, que luego cambia por una chaqueta negra de cuero. Las paredes brillantes de su celda se transforman más tarde en las paredes grises de la escuela.
Ambas versiones de la película fueron proyectadas en los cines de Corea del Sur, pero la versión en blanco y negro sólo ha salido en DVD para equipos especiales.
Sympathy for Lady Vengeance se estrenó el 29 de Julio de 2005, recaudando más de siete millones de dólares en su semana de apertura. Así, se convirtió en la séptima película más vista en Corea del Sur. En Abril de 2006 se estrenó en unos quince cines de Estados Unidos. Compitió por el León de Oro en el Sexagésimo-segundo Festival Internacional de Venecia. Aunque no ganó, sí que se llevó el premio Cinema of The Future, el Young Lion Award y el Best Innovated Film en las competiciones no oficiales.
Idea principal: la venganza, por supuesto. Pero lo triste que resulta a veces cumplir nuestros objetivos, tan largamente deseados...
* Blog de Cine.
Algunos pósters:
El póster más extendido, con la trilogía de colores ya comentados:

Aquí se resalta la sombra roja de los ojos:

Al más puro estilo Tarantino:

Pósters en poses religiosas:


que bonito el maquillaje de la primera foto, el rosa-rojo *w*
ResponderEliminar¡Sí, tía! Muy metafórico todo y a la vez muy bonito, jajaja
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